Hacer el Sexo

El sexo se hace, no como una acción, sino como un método.

Los actores se miran, siguiendo un libreto preestablecido, las pláticas triviales, las citas fortuitas, los lugares temporales, la complicidad en los ojos, las ganas ¿Las ganas? Esas también pueden hacerse, cerrando la mente un poco y abriendo mucho las piernas. Un momento de instinto, donde se deja paso al placer y se pierde el sentido del entorno. Donde se debe olvidar hacer amor y se piensa en hacer el sexo.

¿Cómo hacer el sexo? o mejor dicho ¿Cómo no hacerlo? porque siempre es más fácil dar las negativas que hacer un manual de donde poner cada cosa y hasta que altura subir las piernas:

• Deja la mente en la puerta, dos personas ya son muchas para una cama.


• Olvida la fidelidad, sea recíproca o no, no es conveniente pensar en otra persona mientras la penetración está sucediendo.


• Si no tienes iniciativa, vístete y vete.


• Nada de comparaciones, si quieres estar con otra persona ¡Qué haces desnudándote!


• Los besos son parte del acto, no un acto en sí.


• Y sobre todo, nunca hagas sexo, si en tu mente hay amor para alguien más.

Las sábanas revueltas, la ropa en el piso, las respiraciones agitadas, el calor de la piel, los olores, el cansancio, todas ellas casi siempre son muestras de un coito finalizado de manera satisfactoria; pero si de pronto, te encuentras con estas cosas pululando a tu alrededor y una mirada perdida al techo, entonces algo ha ido mal, y las preguntas se colarán entre los cuerpos, atravesarán los ojos, saldrán por los suspiros y se clavarán en las gargantas secas, porque hacer sexo es precisamente eso: HACERLO... No?